LA PRIMERA SESIÓN DE COACHING.

 

Cuando eliges ponerte en contacto con un coach es porque estás tomando acción para salir de la situación en la que estás, ya sea porque no te gusta o porque aún no sabes si pueda existir algo mejor. Al llegar ese momento, lo primero que está sucediendo es que enfrentas el miedo, eliges dejar tu apatía y comienzas a dejar la zona de confort, aunque las palabras “zona de confort” son un concepto bastante extenso que irás descubriendo sesión tras sesión.

 
 
 
 

Lo que mis clientes (coachees) me preguntan es: ¿qué puedo esperar de mi trabajo con un coach? Pregunta a la cual bajo mi experiencia y mi punto de vista, más bien debe ser planteada: ¿cómo sacarle el mayor provecho al tiempo y dinero que invierto en mi proceso de coaching?

 

Antes de arrancar, el objetivo con este artículo es que aproveches al máximo tu tiempo, dinero y beneficio al tomar esta decisión. Así que si te identificas con ello aquí vienen algunos puntos clave que debes tomar en cuenta.

 

Coaching: Lo primero que debes saber es que hay diferentes tipos de coaching, formas diferentes de dirigir una meta, proceso, proyecto; hay tantos modelos hoy en día para guiar y apoyar como coach, que esto podría entrar en un tema de, “es poco profesional” y no necesariamente, lo que sí es que es un mercado donde ya hay mucho charlatán, así que debes cerciorarte que la persona que se dice ser coach está certificada y cuenta con una preparación específica para servirte de guía en tu entrenamiento y cambio, ya que la mayoría de nosotros nos involucramos en la historia del coachee y creamos un mayor involucramiento en su historia laboral, de vida, salud. Esto lo hacemos porque queremos sentirlo y que nos sienta cercano. Ser guía de una meta, proyecto o cambio, es para ser un mentor de pies a cabeza, así que date tiempo para saber con quién puedes otorgarle esa cercanía.

 

Conexión y confianza: El conectar y tener empatía con tu coach es más un tema de que confíes, es decir confiar en él como persona, como profesional; investígate su historial académico, su preparación, si tiene artículos que pudo haber publicado relevantes, redes sociales donde comparta su trabajo. Siempre cabe la posibilidad que no encajes con su forma de pensar o trabajo, pero si estás dispuesto a invertir tiempo en investigar estos puntos, tu selección será mucho más asertiva e incrementará tu confianza.

 

Coachee: Es importante que sepas algunos términos, la persona que toma sesiones de coaching es siempre un cliente, no paciente, nosotros les llamamos coachees, aunque a mí en particular me gusta llamarlos más así que clientes, porque para mí los clientes son a los que doy asesoría o consultoría de RH.

 

Ahora pues, teniendo claros estos puntos básicos, me es importante hacerte saber algunos puntos antes de aventarte a trabajar con tu coach, como es la meta, situación inicial, herramientas, trabajo y cómo saber cuándo el proceso ha terminado.

 

Meta: En todo proceso de coaching lo primero que debes hacer es encontrar tu meta, tu objetivo y tener bien estipulado. Esto puede sonar muy lógico y hasta tonto, pero si yo te preguntara: ¿conoces con certeza qué es exactamente lo que quieres en este momento? probablemente divagues en la respuesta. Mi recomendación en este punto es que aproveches al máximo tu tiempo y tu dinero, por lo que llega con una meta lista y de ser posible escrita a tu primer sesión de coaching. Esto ahorra recursos, tiempo, claridad.

 

Sin embargo seamos muy honestos, muchos de nosotros sabemos que queremos hacer algo para mejorar nuestra situación actual, pero, ¿sabemos exactamente cómo hacerlo? Ejemplos  

 

Cómo: quiero cambiar de vida, quiero más abundancia, quiero sentirme completo, quiero un mejor puesto, quiero una vida más saludable… No está mal para arrancar, pero estas son frases que se deben desmenuzar y detallar.

 

Dónde estás: esto es uno de los puntos básicos e importantes cuando arranco una sesión de coaching, porque se requiere tomar acción para el cambio, pero debes tener claro dónde estás y cómo te encuentras.

 

Definir y darnos cuenta de cómo es nuestra rutina, actividad, qué hacemos en el tiempo que tenemos, qué aspectos podemos cambiar, moldear, modificar, cuáles no funcionan para trabajar primero, entre otros, es importantísimo para conocer qué metas secundarias debemos observar en primer lugar o ver si tenemos algo que trabajar previo a lo que pensamos era prioridad. Si quieres aprovechar tu proceso de coaching, deberás ponerle foco a tu situación actual, no solo para explicar lo que creas necesario, sino para ser consciente de las dificultades a las que te puedes enfrentar.

 

Habilidades: este punto me encanta recalcarlo porque la gente generalmente no es consciente de sus fortalezas y para lo que realmente es bueno. Al tener clara tu lista de lo que sí tienes, eres, sabes hacer o cuentes, te hará que ganes tiempo. Te sugiero que elabores una lista con tus habilidades, competencias o fortalezas. Identifica que puntos te harán llegar a tu meta y cuáles crees que debes modificar o moldear. ¿Quién mejor que tú para conocer estos puntos?

 

Herramientas: Este punto es para el método, guía, fórmulas, aplicaciones, cuestionarios que sirven como guía para ayudar al coachee y al coach. Esto beneficia para conocer y trabajar con ellos a detalle la situación en la que se enfrentan. Pero sobretodo esta parte es para que el coachee desbloquee creencias y puntos que no logra ver, es un trabajo personal y muy enriquecedor. El coach te ofrecerá herramientas que facilitarán tu trabajo, a mí me gusta armarles una carpeta, les pido cuaderno y pluma en cada sesión, y así almacenan sus avances tareas y al final de su proceso se llevan su material con feedback de avance. En las sesiones, a veces hay tareas u objetivos que debes cumplir, ya sea porque elegiste llevártelo o porque el coach te invita a que hagas algo diferente para que observes puntos clave. El mejor consejo que puedo darte es: realízalo al pie de la letra y siempre cumple, no a las carreras ni minutos antes de tu siguiente sesión, sino en tiempo y programándolo para ti. Ese dinero y tiempo está siendo invertido para ti, así que aprovéchalo.

 

Actitud: A veces creemos que por el hecho de invertir por un servicio nos va a librar de toda responsabilidad y cae sobre el otro, pero en este caso, ¡no es así! Aquí trabajarás duro, constante, entregado. No hay nada que asegure que vas a encontrar la felicidad y el bienestar, o que logres el estilo de vida que elijas en esas metas. Pero tu empeño, constancia, tenacidad y disciplina, hará que lo consigas.

 

Fin del proceso: El coaching debe tener siempre fecha de inicio y de fin. Normalmente se acuerda un número de sesiones, el tiempo de cada una y puntos de encuentro, yo recomiendo que acuerden el tiempo que va a durar y cada cuando se reunirán. Cada cuanto se junten y el seguimiento que tengan, dependerá de tu meta y el tipo de coaching que tomes, pero mi sugerencia es que no pasen más de 15 días para volverse a ver. Debe haber intensidad, guía y constancia de ambas partes.

 

Hay coaches que prefieren ser más flexibles y tener un esquema distinto, pero en mi caso me gusta ser más firme y tomar a mi coachee del brazo para que avance seguro.

 

Así que, tu coach sacará este tema para acordar un número de sesiones y un tiempo específico entre ellas, si no lo hace, te recomiendo que tú mismo le recuerdes este punto que seguramente lo ha olvidado. Recuerda respetar el calendario, esto es en beneficio de ti y tu meta, el coach está ahí para apoyar tu evolución, pero no dependerá de él tu compromiso y constancia.

 

Entonces y en conclusión…

 

Las ganas por evolucionar nuestra vida, nuestra rutina, huecos de vida y preguntas sin respuesta hacen que quieras experimentar un auténtico cambio. Y esto no tiene nada que ver con la fuerza de voluntad, porque cuando encuentras tu propósito real para hacer algo, simplemente nace una motivación interna para hacerlo y punto. Así que analiza si realmente eliges tomar acción en tu vida y evolucionar.

 

Te invito a repasar estos puntos y a tenerlos muy en cuenta a la hora de comenzar tu proceso de coaching. Asegúrate de contratar un coach con el que creas que encajas para asegurar un buen trabajo desde el principio.

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Si tienes un objetivo o te estás enfrentando a un cambio, un coach puede ser de mucha ayuda, ¡piénsalo!

 

Recuerda que puedes escribirnos a [email protected] y expresarnos cualquier pregunta que tengas.

 
 

Fotografía por Luca Bravo

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