METAS RECICLADAS
¿Qué pasa por nuestra cabeza y emoción cuando iniciamos con todo el nuevo año, arrancamos dispuestos a vencer por todas, “este año será diferente y haré ejercicio, comeré mejor, viajaré…” pero en el mes marzo o abril aflojamos y soltamos nuestros propósitos?
Cientos de coaches y equipos de trabajo han llegado a preguntarme, “Annie, ¿por qué suelto mis metas?” a lo cual siempre respondo: El proceso es laborioso, fastidioso y a veces hasta aburrido. Volverte el mejor en tu área es un proceso lento y pesado; hoy en día queremos todo fácil, como si todo lo que necesitáramos fuera información en google y como por arte de magia obtengas una mansión, un abdomen perfecto y la dosis para ser feliz. Para todo en esta vida, se necesita acción, jugar el partido para ganarlo, modificar comportamientos y hábitos que se aparten del auto-saboteo y así te orienten al éxito. El ser humano triunfa hasta llegar a un cierto nivel y luego se relaja. Así que si trabajas en tu constancia, paciencia y pequeñas decisiones acertadas, obtendrás lo que buscas. Aquí te dejo unos pasos claves para evitar el auto-saboteo y recordarte cómo seguir:
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Prepara a tu mente: ningún Ironman llega a la meta sin trabajar con su mente. Deberás prepararla para llegar al éxito y a esa meta que estás buscando. Tener la motivación a tope cuando arrancas el año, es una gran ventaja para que te prepares. Te recomiendo que si es una meta reciclada la que trabajarás este año, inicies preguntándote: ¿qué puedes hacer diferente para no soltarla.
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Escribe tu decisión acertada: te encuentras en el punto A y quieres llegar a B. Deberás redactarlo en positivo, realista, medible, que dependa de ti al 100%, con accionable y retador, esto ayudará a tu mente a que sea posible lograrla. Ejemplo: en lugar de poner, “quiero bajar de peso”, deberás poner, “Haré 30 minutos de ejercicio al día para perder 2 kilos en 30 días” o “Llevaré una alimentación balanceada para perder 2 kilos en 30 días”.
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Evita distracciones: esto es como cuando estás subiendo a la cima y eliges amarrarte las agujetas o tirarte en la sombra de un árbol o detenerte porque tienes dolor de caballo. ¡No le des entrada! Aún no empiezas y ya aflojando con un “no se puede…”, la mente es tremenda y odia las cosas difíciles. Cuando te enfrentas a un reto, instintivamente buscará el camino del menor esfuerzo, así que detente y recuérdate por qué elegiste esa meta.
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Paciencia y avanza: cuando comienzas a callar la voz que dice, “eres un fracaso y de nuevo no lo lograrás”, es donde comienza lo interesante, porque con cada paso que das para llegar a la cima, pierdes miedo y ganas fuerza. Entonces entras en la zona mágica y avanzas sin esfuerzo. Subir la cima no sólo se vuelve fácil, ahora es natural y es parte de ti.
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Amor propio: para mi esta es la más importante, porque la constancia y el callar esa voz del “auto-saboteo” dependerá del amor que te tengas. Sea la meta que hayas elegido, es para hacerte y ser una mejor persona, así que trabaja con el amor a ti misma(o) todos los días cuídate, mímate, respeta tus límites y cumple tus acuerdos.
Puedes elegir en seguir divagando, hacerte el ciego, culpar a la situación externa y no continuar, pero siempre debes recordar que si te planteaste ese objetivo es porque realmente quieres salir de ahí.
Si te cuesta trabajo redactar tu meta o no sabes llevar a la acción tus proyectos, con gusto escríbenos a [email protected] donde podremos apoyarte.