¿VIVES EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR?

 

¿Sabías que el síndrome del impostor te hace pensar que no mereces el éxito que has alcanzado y sientes que eres un fraude? En mi experiencia como emprendedora, puede ser una enfermedad y miedo tan grande, que puede paralizarte y no permitir que sigas construyendo tu sueño.

 

 

Al lanzar mi marca personal, recuerdo que lo vivía; creía que era la mejor idea tomar esa decisión, pero me inclinaba más en auto-sabotaje y crear obstáculos imaginarios. Me llegaban pensamientos recurrentes de “fraude”, “mentira”, “quien eres tú”.

 

Cuando emprendes puedes identificarlo porque puedes vivir alguna de estas opciones:

 

Te cuesta mucho tomar riesgos: por ejemplo, sabía que lo que hacía generaba valor, el cliente lo requería, me buscaba, le acompañaba a crecer; pero aun así dudaba de la acción.

 

Hay miedo en la negociación: a pesar de que me decían que era una gran negociadora y conseguía un ganar ganar, no lo veía y sentía que estaba defraudando al otro. Crees que puedes no estar a la altura.

 

La comunicación verbal y no verbal es temerosa: que aunque no se te note, por dentro puedes vivir una vulnerabilidad alta y pensar, “¿será que voy por el camino adecuado?.

 

Tal vez te identifiques con alguna de ellas y no sólo son para recordarte esa emoción de “estancamiento”, sino para compartirte de dónde puede ser la causa del síndrome del impostor para así trabajarlo en consciencia:

 

1. Dinámicas familiares durante la infancia: cuando tu hermano(a) es “la inteligente” y tu “la simpática” o tuviste presión por sacar buenas notas o perteneciste a una familia donde los padres son muy exitosos o sientes que eres la oveja negra.

 

2. Diferencias de género: en nuestra sociedad aún hay diferencia en temas salariales, responsabilidades o puestos, por lo que también existe posibilidad por la situación de la mujer en el mundo profesional.

 

3. Percepción de éxito, fracaso y competencia: ya que el síndrome sucede cuando hay mucha exigencia personal, tienes una serie de requisitos que si o sí requieres practicar o vivir o llevarlo a cabo aunque sean imposibles o muy ambiciosos.

 

La ventaja de esto es que siempre tienes oportunidad de revertirlo o cambiarlo si logras identificarlo. Me encanta decirle a mis coachees que, “todo es posible de cambiar si estamos abiertas a desaprender el hábito que tenemos como costumbre practicar”.

 

Quiero dejarte una lista de opciones de por dónde puedes comenzar a modificar este pensamiento y creencia. Puedes basarte en estos puntos que yo misma practiqué y modifiqué:

 

>Enlista tus fortalezas y debilidades logrando identificar quién eres y por qué eres así.

 

>Adquiere nuevas habilidades para desarrollarte y empoderarte internamente.

 

>Controla tu pensamiento fatalista.

 

>Valora tu persona.

 

>Reconoce tu camino recorrido y por qué has llegado hasta ahí.

 

>Nutre tu amor propio con pensamientos positivos.

 

>Confía en los pasos y decisiones que vas tomando.

 

El ser emprendedor(a) puede llevarte a dudar de los pasos que tomas porque tienes un sin fin de posibilidades; muchísimas de mis clientas viven el síndrome del impostor y al pilotear un par de herramientas con ellas logré identificar que es posible de disminuir hasta desaparecerlo de ti si te haces consciente de él.

 

Sé consciente, ábrete a la posibilidad del cambio, permítete sentir éxito, descubre qué es esta palabra dentro de ti y qué creencia vive, porque lo que hemos escuchado de la palabra en nuestro entorno es lo que creemos que nosotros debemos vivir.

 

Hablo constantemente de estos temas en mis redes sociales, puedes seguirme en mis tanto Instagram como Facebook como @analuciacoach para lograr obtener mayores herramientas y seguir fortaleciendo la etapa que vives.

 

Si tienes alguna duda o quieres expresarte, puedes hacer también en [email protected] donde siempre estaremos para leerte y apoyarte.

 
 

Fotografía por Rachel Pfuetzner

 
 
 

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